Por: Luis Hermes
Ruiz.
Cali. 19 de agosto
2013.
El 7 de agosto como todos
los años, celebramos la Batalla de Boyacá que selló la independencia de la
Nueva Granada, haciéndole sentir al pacificador Pablo Murillo y al General
Barreiro, de lo que es capaz un pueblo por la libertad, de hombres que como ellos,
llenaron de dolor y sangre a los criollos desde el sitio de Cartagena (Agosto-
diciembre 1815), hasta llevar a la muerte a Caldas, Torres, Mutis y otros.
El levantamiento de
los Comuneros en El Socorro (1781), la Expedición Botánica de Mutis (1783) y la
publicación de los Derechos del Hombre y del Ciudadano (Nariño ,1793), dan
inicio al deseo libertario que comenzó el 20 de julio de 1810 con el grito de
independencia, donde Torres, Caldas, Mutis, Nariño y otros, entendieron que era
el momento de iniciar una vida republicana.
Pero una vez
alcanzado este triunfo, el egoísmo, el deseo de poder hizo que en menos de 10 años, se desmoronara ese sueño y
pasando por etapas como la patria boba, campaña del sur, reconquista y por
último, la gesta independentista (1817-1819), en la que Bolívar con la ayuda
del negro Alejandro Petión, quien lo dotó de hombres, barcos y armas, llega por
Islas Margaritas y en un recorrido de 76 días, unido con Santander, Anzoátegui,Sublette,
Rondón, y una tropa de toda clase de gente: blancos, negros, indios, pasa los
Andes, pero ansioso de libertad, vencen
a los españoles en Pantano de Vargas de la mano de los lanceros de Rondón y
luego, la gran victoria en el Puente de Boyacá sobre el rio Teatinos, que llenó
de gloria a nuestros guerreros; la batalla terminó con la captura de Barreiro
por los ordenanzas: Pedro Pascasio y el negro José, quién disparó su arma y dió
muerte al compañero de Barreiro, el cual les ofreció dinero que no aceptaron y lo entregaron al
General Bolívar para la gloria de la Nueva Granada.
La pregunta: ¿Qué
hubiese sucedido si un indio y un negro hubieran recibido el ofrecimiento de
Barreiro?