Por Luis Hermes Ruiz
Cali, 29 de marzo, 2014
El fallo de la Procuraduría, que en el mes de febrero 2012, inhabilitó por 12 años al ex alcalde de Medellín, Alonso
Salazar, se cayó en el Consejo de Estado
el jueves 27 de marzo, con ponencia del Magistrado Gustavo Gómez, quien
consideró una desproporción en la sanción
y que lo que se debió aplicar era
una amonestación; ¡ Que tal¡ pasar de
una falta gravísima, a todas luces injusta a una realmente aceptable; para la época
de los hechos, Salazar era el
Alcalde de Medellín y no estaba bien que públicamente hubiera expresado que bandas ilegales estaban presionando al pueblo para que votaran por el candidato a la Alcaldía
Luis Pérez Gutiérrez; se podría entender
entonces, que estaba favoreciendo un candidato; si la presión existía, estaba en la obligación
de denunciarlo; pero como el Procurador
Ordoñez, tenía su espinita con el
alcalde Salazar, en razón de que éste creó
la clínica para la mujer, cumpliendo la
Sentencia de la Corte Constitucional, aprovechó
el momento y lo sancionó.
Petro, Piedad Córdoba, y otras personas que
injustamente se encuentran en una
situación parecida, estarán
esperando que su suerte cambie y que el Consejo de Estado les resuelva su caso.
Si ello se dá, seguramente en el 2018
encontraremos a Petro y a Piedad como
candidatos presidenciales y será una contienda muy interesante con Simón
Gaviria, Juan Manuel Galán, Germán Vargas y otros.
Los Órganos de Control son necesarios para
lograr los pesos y contrapesos en las ramas del poder público, pero cuando estas se desbordan
se ingresa peligrosamente al campo de la
persecución selectiva.
La actuación valiosa y oportuna del Consejo de Estado, nos permite ver algo
de luz en la aplicabilidad de nuestra
justicia para que podamos primero acudir a ella antes que a la internacional,
que es subsidiaria y sólo actúa cuando la nuestra no lo hace y, que personas como el Procurador, no pueden actuar como ruedas sueltas porque su
poder no es omnímodo y hay otros órganos de la justicia, que pueden
controlar sus desmedidos e injustos
fallos.