INTERVENCION EN LA INSTALACION DE LA MESA PARA LAPAZ EL
POSCONFLICTO DEL CONCEJO DE SANTIAGO DE
CALI
Por: Luis Hermes Ruiz
Magister en Administración de Empresa, Educ. Ambiental
Señores
y señoras
Al
encargarme el Señor Presidente, del Concejo, doctor Carlos Pinilla, la responsabilidad
de pronunciar unas cuantas palabras en este escenario, que reúne a las personas
que tienen que atender lo relacionado con la paz y el posconflicto; como profesor
de la cátedra de Constitución Política
colombiana, como ciudadano y además como un amigo del proceso de paz, no dudé ni un segundo en
aceptar tal responsabilidad y tan alto honor.
En
un artículo que escribí el 23 de junio de 2014, para el diario Occidente, en mi
columna: “En Contexto”, y para mi blog, titulada: “UN MANDATO PARA LA PAZ”,
expresaba:
“
El Presidente Santos, ganó las elecciones porque el pueblo, aceptó su propuesta
de un mandato para la paz. Al contrario de su primer gobierno donde quien lo
ayudó fue él entonces Presidente Uribe; en esta oportunidad, fueron los partidos de la Unidad Nacional (U; Liberal y CR), los intelectuales, la
izquierda, un gran número de colombianos sin partidos, pero que quieren la paz,
porque desean que cese una confrontación armada con la FARC y el ELN, con
quienes se lleva más de 50 años de lucha fratricida.
El
Presidente- Candidato, ganó las elecciones con más de 900 mil votos de ventaja
sobre su contendor; fue una
confrontación entre la paz y la guerra; ganó la paz, pero, éste compromiso por
la paz, es un compromiso que obliga al nuevo gobierno a lograr esa anhelada paz
para que los colombianos podamos, según la Constitución, alcanzar una sana
convivencia.
Una
Colombia en paz, es prenda de garantía para la inversión nacional y extranjera,
así lo demuestran los indicadores en cuanto al crecimiento del PIB que en el
trimestre pasado, creció aproximadamente
el 6.4 %, siendo considerada la segunda economía que más crece en el mundo,
según lo expresa nuestro Ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas”.
Hoy,
si bien es cierto, en razón de la baja mundial de los precios del petróleo,
nuestro crecimiento se encuentra por debajo de esos valores, seguimos siendo
una de las mejores economías de América Latina, no obstante, la desigualdad y
la exclusión social es muy alta.
Colombia
es el país de las desigualdades y no hay quien diga, con razón, que vivimos en
dos Colombia. El Plan: “Para cerrar la Brecha”, del Presidente Alfonso López Michelsen, trató de cerrar esas diferencias de
las dos Colombias, buscando acercar a
los campesinos, a los obreros y patronos, al agro y a la industria; sin
embargo, eso no se ha logrado; esa brecha solo se puede cerrar con un Plan de
Desarrollo que, sea capaz de invertir en mejorar el tejido social y que entienda, que Colombia es una sola.
El
gobierno anterior, que combatió fuertemente a los alzados en armas y que obligó
a la FARC prácticamente a las negociaciones en la Habana, no luchó como debió
hacerlo por las desigualdades sociales; las cifras no mienten, veamos:
Las
Entidades del sector financiero en el transcurso de siete (7) años pasaron de 632 mil millones en 2002 a 4.4 billones en 2009; multiplicaron por siete (7) sus ganancias,
mientras que en ese mismo tiempo el salario mínimo solo se incrementó el 6 %. En
el periodo 2002-2007, la participación de las empresas en el PIB, paso del 28.9% al 33.7 %, que
representaba para la época casi 5 puntos
del PIB, es decir, unos US$ 14 mil
millones; en contraste entre los años
2003 y 2008 la participación de los asalariados,
se redujo del 34.6 % al 31.1 %. Entonces, como no reconocer que somos un país
injusto y que ésta injusticia social, es muy alta. Además, déjenme decirles que
con un crecimiento sostenido para el
periodo 2003-2008 por encima del 6% , pudo Colombia reducir la pobreza , no fue
así, pues, el coeficiente GINI, pasó del 0.56 % en 2002 a 0.59% en 2008; muy próximo al que teníamos 15 años
atrás; en una palabra, los pobres, se volvieron más pobres al contrario de lo
preceptuado por Encíclicas como la Rerum Novarum, la Mater Magister, la Pax Interra que dan
luces sobre cómo, si bien es cierto que los ricos deben hacerse más ricos por
ser los dueños de los medios de producción y deben generar su plusvalía, no es
menos cierto que los pobres que venden su fuerza de trabajo, deben hacerse
menos pobres, lo contrario, es una explotación vulgar. Sobra decir que en nuestro país, el ingreso del 20% de los
hogares más ricos es 25 veces mayor que el ingreso del quintil más pobre, lo
cual es aberrante. Más recientemente la CEPAL, en su último informe expresa que
el 38 % de los colombianos se encuentran en pobreza y el 12% en la miseria, esto es algo más de
25 millones de colombianos. Por ello, celebro que la nueva Ministra del Trabajo
doctora CLARA LOPEZ, una colombiana de
alcurnia pero metida en las izquierdas ideológicas y defensora de la clase
obrera haya planteado devolver las horas extras a los trabajadores, las cuales
le fueron quitadas en el gobierno anterior; esto de alguna manera mejorar el
salario de la clase obrera.
Al
llegar el final de los diálogos de la Habana,
los colombianos amantes de la paz, celebramos este acontecimiento, sin embargo,
la firma de la paz, no es el resultado
final de este proceso de más de 50 años, es apenas el comienzo que nos toca
recorrer a los colombianos, para posibilitar
ciertamente la paz y la sana
convivencia entre todos. Entendemos claro está, que en todo acuerdo o
negociación, nadie gana todo pero
tampoco pierde todo pues, los acuerdos se hacen entre enemigos o entre dos, con
proyectos diferentes y ya se ha dicho que, una buena negociación es aquella, donde
ninguna de las partes está totalmente de acuerdo con ella.
Compartimos
el dolor de las víctimas pero la única forma de alcanzar la paz espiritual es
el perdón; el Papa Francisco dijo:” Ser
feliz es encontrar fuerza en el perdón”; “Ser Feliz es dejar de ser víctima de
los problemas y volverse actor de la propia historia”. Por ello, en la reconciliación
y el perdón se encuentra la felicidad; el perdón no es un algo colectivo, es única y exclusivamente de ese ser que se
resuelve a ser feliz, perdonando, o, a no
perdonar, lo que lo lleva, a anidar en su corazón un mal peor que es el odio y
la venganza lo cual, lo marcará por siempre, llevándolo por el camino de su
propia infelicidad. El que no perdona no es feliz.
Entonces,
como bien lo dice el Senador Mauricio Lizcano Arango, cuyo padre estuvo
secuestrado casi 9 años: “Para que haya de los victimarios reparación, verdad,
y no repetición es preciso suscribir un nuevo pacto: el de reconstruir la
institucionalidad y las reglas de la democracia. Un pacto para generar
confianza y legitimidad, inclusive, hasta en la propia justicia”
Aquel
que no perdona, odia y anida venganza por lo cual se auto secuestra, por ello,
el perdón la reconciliación, la reparación y la construcción de la memoria
histórica para que estos hechos no vuelvan a suceder, tienen que ir de la mano
para la construcción de una nueva Colombia en paz. Nelson Mandela conocido por
todos los aquí presentes, Presidente de Sudáfrica y premio Nobel de Paz,
expreso: “Sin perdón ni amnistía, no puede haber paz”.
En
el mundo, hay muchos ejemplos de procesos de paz exitosos que hoy, le permite a
esas naciones sino una sana convivencia, total, por lo menos, pueden compartir juntos, sin odio y, no podemos olvidar que la gran
mayoría de conflictos armados en el
mundo se han resuelto por la vía de la negociación; podemos señalar algunos:
1. “El Acuerdo Árabe - Israelí”.- Se dió con el acuerdo de Oslo (1993); entre
el gobierno de Israel y la Organización para la liberación de palestina. (OLP)
2. “El de Nepal” (2006).-
firmado entre el gobierno monárquico de
la época y la guerrilla maoísta. Se dio la paz mediante una Asamblea Nacional
Constituyente.
3. “ El Acuerdo de Viernes
Santos” (10 de abril de 1998).- Conocido como
Acuerdo de Belfast.-Entre Irlanda del Norte (Protestantes) contra los independentistas católicos, que
querían escindirse del Reino U nido y que luego de más de 30 años de
confrontación, terminó el conflicto en el año 2006, mediante Consulta Popular.
4. “El del Salvador”-.
Conocido como Acuerdo de Chapultepec, que es uno de los más parecidos al
colombiano en el cual trabajando por la paz, en la mesa de negociación, no se
trató el alto al fuego ni nada estaba firmado, hasta el acuerdo final. La paz
se firmó el 16 de enero de 1992 mediante reforma constitucional entre el
gobierno y el Frente Farabundo Martí
(FLMN).
5. “El de Guatemala”
Se firma la paz el 29 de diciembre de 1996; se logra el reconocimiento por
medio de Consulta Popular, el 16 de mayo de 1999.- Este conflicto entre el
gobierno y la Unidad Revolucionaria Nacional
Guerrillera (URNG). duró 30 años
y algo importante: en la consulta solo votó el 18.5% de los inscritos en el
padrón electoral, compuesto por 4 millones de ciudadanos. Votaron 758 mil, el
55% votó por el No, el 44 % por el Sí, y
el 1 % nulo. Se volvieron a sentar en la mesa de negociación para validar el
proceso.
6. “El de Angola”:-
Se firmó la paz el 20 de noviembre de
1994 y se citó a elecciones en abril 4 e
2002. Este conflicto duró 26 años, entre el Ejército Nacional y los rebeldes
denominados UNITA. En este caso se convocó a elecciones pero los rebeldes no
ganaron escaños y volvieron a la guerra, por lo que tuvieron que volver a la
mesa y hoy, los alzados en armas ayer, conforman un gobierno de unidad.
7. “El de Sudáfrica”.-
Se alcanza la paz en 1996, mediante asamblea nacional constituyente que dio
paso a una nueva constitución que le puso fin al Apartheid. Su Presidente
electo Nelson Mandela entendió que hay
que pasar la página.
Erich
Saumeth Cadavid, magister en estudios políticos expresa: “La paz más que una victoria es reconciliación, revisión histórica,
compromiso social, justicia transicional, esfuerzo y decisión política, pero
sobre todo, voluntad popular”. Por eso, tenemos que lograr un equilibrio entre
justicia, verdad y reparación, considerando una justicia especial, benigna o
transicional como ha ocurrido en todos los procesos antes señalados, porque se
debe tener presente también, en el caso
Colombiano que las víctimas no solo son causadas por las FARC, también están
los de los falsos positivos, los de la UP, los de los paramilitares y aun hoy
estamos sin saber a ciencia cierta, quien mató a Gaitán, Galán, Álvaro Gómez,
Rodrigo Lara Bonilla, Jaime Garzón y a tantos
otros que han incidido en la vida política colombiana desde puntos de
vista diferentes; hoy se están desenterrando sus restos para conocer quien los asesinó.
Más recientemente Ingrid Betancourt, expresó en
una entrevista con Yamit Amat en CM&: “En Colombia tenemos que darnos la
oportunidad de perdonar”; “En la confrontación entre el Estado y la FARC, la
ruta que no ha dado fruto es la confrontación, pero la ruta que debe dar fruto
es la reconciliación. Y más recientemente en Entrevista con Yamit Amat en el diario el Tiempo del 15 de mayo el
Senador Horacio Serpa, manifestó:” Si se
logra la paz es para que las cosas
cambien. Si no es así, déjeme decirle
que dentro de 5 años arranca otra guerra”. Y el ex presidente Gaviria, en el
VII congreso Liberal reunido en Bogotá el 15 de mayo del presente año,
refiriéndose al Presidente Santos expreso:” El legado que usted nos deja es el
cerrar un proceso que tiene el respaldo de todo la comunidad internacional, de
todos los gobiernos del mundo, del Papa Francisco, del Presidente Obama y de
los partidos de la Política estadounidense, el Consejo de Seguridad de Naciones
Unidas y de su Secretario General y que cumplen con todos los estándares de
verdad, justicia, reparación y reconciliación”.
Con
estos apuntes, estamos ciertos que la
postura de quienes se oponen a la paz, es equivocada. La resistencia civil se ha planteado para la paz más no para la
guerra, así lo hizo Gandi, para lograr
la independencia de la India; en ningún
momento se está derrocando la Constitución como dicen unos o que la FARC serán
constituyentes como dicen otros.
Para
blindar el proceso de la Habana el
mecanismo sugerido del Acuerdo Especial es expedito y el Derecho Internacional
Humanitario (DIH) lo acepta porque busca regular los métodos utilizados en
desarrollo de conflictos armados y sus normas forman parte en su mayoría de los
convenios de Ginebra de 1949.
En
estos momentos se encuentra en revisión ante la Corte Constitucional la Ley que el Congreso aprobó sobre el
Plebiscito para la Paz, de tal suerte que en la búsqueda de la paz y la terminación del conflicto están dadas todas
las garantías constitucionales porque actúa el pueblo, el Congreso y la corte
Constitucional.
La
mecánica empleada para blindar los acuerdos se pueden sintetizar en 7 pasos que
son los siguientes: (Tomado del diario El tiempo mayo 15 /2016).
1. Depósito en Suiza
Una vez el Gobierno y las FARC
firmen la paz como Acuerdo Especial, este se lleva al Consejo Federal Suizo,
en Berna, que es depositario de las Convenciones de Ginebra.
2. Refrendación
Aunque el mecanismo de refrendación de los acuerdos no se ha definido,
el pronunciamiento de los ciudadanos en las urnas dará luz verde a los trámites
para blindarlos.
3. Ley ordinaria
Una ley ordinaria del Congreso incorporará al derecho interno el
acuerdo final como Acuerdo Especial. Los legisladores podrán aprobar o improbar
lo pactado en Cuba, pero no modificarlo.
4. Control de la Corte
La ley aprobatoria del Acuerdo Especial tendrá control automático de
la Corte Constitucional. En ese proceso los opositores podrán ex- poner sus
objeciones.
5. Constitucionalidad
El Acuerdo Especial entra integralmente al bloque de
constitucionalidad de manera transitoria, a través de un acto legislativo.
6. Implementación
El acuerdo de paz será desarrollado a través de leyes que materialicen
puntos como la amnistía o el estatuto de la oposición.
7. Resolución de ONU
El Presidente le pedirá al Consejo de Seguridad de la ONU que incorpore
el Acuerdo Especial a la resolución que aprobó la verificación.
Para
terminar, tomando una cita del profesor
Mockus, diré que el fundador del
humanismo Pico de la Mirándola dijo: “Dios dejó incompleta la última de sus
obras: El ser humano, para que él mismo termine de hacerse en libertad,
pudiendo envilecerse o redimirse según su libre albedrío”, entonces tenemos la
posibilidad de hacer la paz y lograr una Colombia que nos permita soñar en un
futuro mejor para nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos o dejamos que
las cosas sigan iguales y tendremos
otros 50 años de lucha guerrillera y de sudor y lágrimas para las
próximas generaciones que no tendrán una oportunidad sobre esta tierra.
Mil
gracias
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