Por Luis Hermes Ruiz - febrero 16 de 2011
El luchar por conseguir el pan para su casa, llevó en Túnez a un vendedor ambulante de frutas, Mohamed Bouazizi, acorralado por la policía que le pedía la “mordida” para poder vender sus frutas en la calle, a inmolarse y, con éste gesto, prendió la llama de los tunecinos que el 14 de enero del 2011 derrocaron al Presidente Zine El Abidine Ben Ali, quien presidia el gobierno desde 1987.
Este fue el detonante para que en Egipto organizaciones como el movimiento Juvenil 6 de Abril, la Hermandad Musulmana, Alianza para el Cambio del Premio Nobel de Paz, Mohamed El Baradei, permitieran que, Asma Mahfouz de escasos 26 años y estudiante universitaria, invitara por intermedio de su página en Facebook a que se reunieran en la Plaza Tahrir , hoy llamada Plaza de la Liberación, para que juntos lucharan para cambiar el destino de esa nación y acabar de una vez por todas con el gobierno de Hosni Mubarak, que desde 1981 , estaba a atornillado, a la silla presidencial, luego de remplazar a Anwar el-Sadat, asesinado en ese año; el cual, había sucedido al del Coronel Gamel Abdel Nassar que mediante golpe de estado permitió la abdicación del Rey Faruk I en 1952.
La falta de empleo, la corrupción y la miseria, donde más de 40 millones de personas viven con menos de dos dólares diarios, avivaron la llama que arrancó en Túnez y se continuó en Egipto, en la gran Plaza Tahrir del Cairo y que seguirá por todos los países que integran ese eje geopolítico, cambiando el mapa mundial y obligando a EE.UU. a revisar, cómo conformar nuevas alianzas al perder a Mubarak y claro, estar muy atento con sus amigos de Israel.
Nuestros vecinos de Venezuela, tanto la oposición como los amigos de Chávez, deben estar con el ojo avizor en lo que pueda suceder en los próximos comicios electorales pues las intercomunicaciones de redes como Facebook, Twitter y otras, han cambiado la forma no sólo de ponernos en contacto con el mundo entero sino de cómo concebir la guerra; la convocatoria a la Plaza Tahrir de más de dos millones de personas permitieron un cambio que, quedó definido para Egipto, cuando el Vicepresidente Omar Suleiman, anunció que su Jefe, Hosni Mubarak, había renunciado.
La Revolución 25 de enero, así llamada por los jóvenes egipcios, duró pocos días, sólo hasta el 11 de febrero de 2011 y con ella, se cambió la historia del medio oriente.
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