LA REFORMA JUDICIAL

Por Luis Hermes Ruiz 26 de junio 2012. Llamaría: “la Vergüenza Nacional, para ser concordante con el Presidente del Consejo de Estado, magistrado Gustavo Gómez, quien la consideró como un “Acto vulgar y vergonzoso”. Definitivamente la Constitución del 91 que pensamos contribuiría a resolver la situación que desde la década de los 80 viene viviendo el país, hoy, es más una colcha de retazos y a los padres de la patria les gustaría acercarla a la de 1886, monárquica y próxima a sus particulares intereses. En esta constitución, se trató de buscar una mayor justicia social, partiendo de considerarnos como un Estado Social de derecho pero se olvidaron los padres de la patria, de legislar para los 46 millones de colombianos que confiamos en ellos. Los orangutanes que le colgaron a la mal llamada reforma, no tienen antecedentes y se puede decir que estos mal llamados legisladores, estaban desde 1991, esperando la oportunidad para quitarse todo aquello que los obligara a cumplir como los demás colombianos con las normas y ponerse por encima de todo; nada de inhabilidades (art 179), nada de prohibiciones de aportes (art 110), nada de denuncias anónimas sino dando la cara, nada de que el Consejo de Estado les decretara muerte política sino después de un camino tortuoso y ya no con la mayoría absoluta sino con las tres quintas partes de los 27 magistrados y en materia penal, la investigación ya no la haría la fiscalía y los juzgaría la Sala Penal de la Corte suprema sino una nueva sala compuesta por seis magistrados, en dos instancias para luego pasar a la corte y los señores padres de la patria, sólo podrían ser capturados cuando se presentara resolución de acusación; desaparecería el Consejo Superior de la Judicatura y tal como quedo el artículo, solo quedaría operando con su gerente el doctor Diógenes Villa, a quien la Contraloría le acaba de abrir investigación por dos billones de pesos. Felizmente el gobierno, en un procedimiento poco constitucional logró conjurar esta crisis.