martes, 10 de julio de 2012

NO HABRA VACUNA CONTRA LA MALARIA.

Por: LUIS HERMES RUIZ. Cali, 10 de Julio 2012. Como hombre del pacífico, me sorprendió lo dicho por el científico Manuel E. Patarroyo, en la entrevista publicada el martes 10, en el TIEMPO, donde expresa que se tendrá que cerrar el laboratorio de Leticia y parar los estudios sobre la malaria porque un fallo del Tribunal Administrativo de Cundinamarca, le revocó los permisos que tenía vigente hasta el 2015 para el uso científico de 4.000 monos nocturnos utilizados en la investigación de la malaria; es muy cómodo para quienes nunca han vivido en el pacifico colombiano y no han visto morir a sus familiares por este vil asesino, producir una providencia de ésta naturaleza; no sólo ofende la imaginación de un campesino cualquiera que continuamente debe enterrar a sus seres queridos sino, la de un científico como Patarroyo, que desde hace mas de tres décadas viene trabajando la vacuna para este mal. Como para que se forme una idea: La malaria (del italiano: mal aire) o paludismo (del latín, palus, pantano), es una enfermedad producida por un parásito del género plasmodium, que mata por año entre dos y tres millones de personas en el mundo, siendo más del 80% niños, el 75% en zonas africanas. ¡CADA 15 SEGUNDOS MUERE POR ESTE MAL UNA PERSONA !. La enfermedad puede ser causada por el plasmodium malariae, falciparum, vivax y los vectores son las diversas especies de mosquitos del género anopheles, siendo el transmisor las hembras pues, se alimentan de sangre para madurar sus huevos; los machos no pican y no transmiten la enfermedad, se alimentan de néctares y jugos vegetales; tampoco hay riesgos de contagio directo entre humanos, salvo que una mujer embarazada lo transmita al feto vía placenta o mediante una transfusión con sangre de un infectado. Fue la vacuna SPf66, desarrollada por Patarroyo (1987), probada en monos Aotus trivirgatus, quienes la hicieron posible, alcanzando en sus comienzos efectividad entre el 40 y 60% en adultos y 77% en niños, pero luego descendió a menos del 30% perdiendo su capacidad; eso, obligó al científico a continuar su investigación para lograr una efectividad del 99.9% y erradicar éste mal mundial que últimamente se ha incrementado en nuestro pacífico colombiano desde que se suspendieron las fumigaciones con Dicloro Difenil Tricloroetano (DDT), en razón del daño causado a la flora y fauna. Investigaciones realizadas desde 1.880 por Laveran, Marchiafava, Celli, Finlay y Ross fueron tan valiosas que les permitió en sus épocas, ganar los premios Nobel, mientras las investigaciones de Reed y Gorgos, salvaron muchas vidas en la construcción del Canal de Panamá. Ahora que nuestro científico está próximo a encontrar las razones por las cuales la vacuna no funcionó bien, unos respetados Magistrados, haciendo eco a no sé que tipo de intereses, de personas que dicen aman a los animales, según parece, mas que a los humanos; se rasgan las vestiduras para impedir las investigaciones con los monos, que no los matan; pretenden estos enemigos de la ciencia, que una enfermedad que mata más seres humanos que los que pueden morir en una guerra , siga haciendo de las suyas y no se utilicen unos monos para salvar la humanidad. ¡Valiente fallo del Honorable Tribunal Administrativo de Cundinamarca!

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