Por: Luis Hermes Ruiz
Cali, 23 de abril de 2014
El 17 de abril (2014), 6 días
antes de la conmemoración del Día del Idioma, como queriendo acompañar a Miguel
de Cervantes Saavedra, se nos fue de este mundo nuestro Nóbel de Literatura,
Gabriel García Márquez; se fue el hombre de las mariposas amarillas, el hombre
de macondo ,el creador del realismo
mágico; se convirtió en leyenda.
Gabriel García Márquez nació
en Aracataca en 1927, un año antes de la masacre de las bananeras. Criado por
su abuela lo que lo llevó con el tiempo, a idealizar todo su pensamiento de una
vida solariega y a plasmar esas vivencias en su obra inmortal Cien Años de Soledad, que a la postre
le dió el reconocimiento mundial y el Premio Nóbel de Literatura en el año de
1982.
Cuando se lee su obra, nos
encontramos retratados en ella; todos tenemos que ver con Macondo; ahora podemos decir que somos macondianos.
Su forma de contar la
realidad con esa magia embrujadora es la que asombró a todos los mortales y que
llevó a que sus escritos y novelas, especialmente Cien Años de Soledad, fueran
traducidas a varios idiomas y materia de estudio en muchas instituciones
educativas y universidades del mundo.
Su novela Cien años de Soledad,
que según sus propias palabras: ” Solo podrá ser llevada al cine 50 años
después de mi muerte”, nos priva a la
generación ya mayor de los 50, que podamos ver la adaptación que de ella pueda
realizar algún gran mágico del séptimo
arte porque, quien lo creyera, las de, “El Coronel no Tiene quien le Escriba”, “El
Amor en los Tiempos del Cólera”,
“Crónicas de una Muerte Anunciada”. “Memorias de mis Putas Tristes”, “Del Amor y otros Demonios”, no tuvieron la repercusión
y el realismo mágico que uno encuentra
al leer sus obras.
Se fué Gabo a conversar
de literatura con su par Cervantes y
tantísimos escritores que lo estaban
esperando.
España tuvo a Cervantes,
Colombia a Gabo, para la gloria de
América Latina y la Lengua Española.
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