MURIO EL MONO JOJOY ¡ Y AHORA QUE ?- por Luis Hermes Ruiz
Septiembre -27 de 2010
¡Murió el Mono Jojoy! – Colombia respira tranquila ante la desaparición del llamado por el gobierno, engendro del mal, que para combatir las fuerzas regulares se encomendaba al DIABLO; el despiadado, peor que Bim Laden; frio, calculador; que ordenaba la colocación de bombas para que reconocieran su presencia; el que quiso tomarse el Estado. ¡Murió el brazo militar de la FARC!, no como quería; como en la destrucción de Sodoma, le llovió fuego del cielo y nadie pudo salvarlo; no fue una bala, fue su propio invento: el bunker que construyera, le cayó como el peso de la ley que lo llevó al otro mundo, al de Mefistófeles, que lo esperaba, solo que resguardado en la Sierra de la Macarena, entre los ríos Duda, Guayabero y Guaviare; en las poblaciones de la Julia y la Escalera, que conocía como las palmas de sus manos, pedía un tiempito para llagar al sitio que le tenían reservado, al que llegó el 23 de septiembre.
Colombia tiene un respiro, pero la pregunta: ……..¿ y ahora qué?, ¿ se acabó la FARC? ¡¡NO!!. Podrán estar golpeadas de muerte, podrán estar en vías de extinción pero no están liquidadas; no se debe olvidar que en 1964 salieron de Marquetalia, Tirofijo y 42 farianos; tienen una capacidad de recomponerse por las mismas condiciones sociales de Colombia.
Si bien es cierto, sentimos un alivio, sino se dan condiciones que contribuyan a la solución de los problemas de pobreza, miseria, educación, salud, etc., donde más de 27 millones de colombianos están en pobreza y casi 10 en miseria, viviendo con menos de un dólar, aparecerá otro igual o peor que Víctor Julio Suarez Rojas, Alias Jorge Briceño o Mono Jojoy, que bajo el pretexto de luchar por el pueblo nos causará más daño, combinando todas las formas de lucha, a sabiendas de la capacidad bélica, técnica y militar de nuestras fuerzas armadas.
Es el momento de dialogar para dar fin al conflicto armado y empezar a crear condiciones para que cada colombiano tenga una razón de amar el suelo patrio; que los ricos entiendan que dando un poco de la plusvalía que obtienen, no se hacen más pobres, sino por el contrario más ricos porque no tendrán que sacar sus familias al exterior sino que transitaran tranquilos bajo el sol de Colombia.
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