LA CORRUPCION EN COLOMBIA

Por Luis Hermes Ruiz
Noviembre 8 de 2010

Podemos decir que la corrupción es el mal uso del poder por acción u omisión de
una persona en razón del cargo que ocupa. Este uso indebido se ha generalizado a
tal punto que, pareciera algo natural, tanto así, que ésta, ha pasado a un
segundo plano frente al conflicto armado, olvidándose que es tan dañina que
afecta a los más pobres; golpea fuertemente a la democracia, sus fines
esenciales y al estado social de derecho, considerados como principios
fundamentales en nuestra Constitución.


Leoluca Orlando, diputado italiano y ex - alcalde de Palermo, expresa: “La
corrupción del tercer milenio, se llama conflicto de intereses, que destruye la
democracia”, luego manifiesta: “No puede haber democracia sin lucha contra la
corrupción, porque la corrupción no es solamente un delito, es un sistema de
poder alternativo al sistema de narcotráfico del poder”. De esta manera, los
mafiosos no solamente son criminales si no un sistema de poder: político,
social, económico, religioso; podemos deducir que los corruptos, son iguales a
los guerrilleros y a los mafiosos y más peligrosos aún, porque se nutren de la
plata del pueblo, perjudicando a los más pobres.


La corrupción se ha facilitado en razón del ejercicio político y la
concentración del poder en el ejecutivo y en la debilidad de los órganos de
control, los cuales también se han contaminado; como resultado de lo anterior,
aparece la cultura del atajo, el todo vale; dichos que ya forman parte de
nuestra cultura: “Roben pero hagan algo”.

El informe mundial (Transparencia Internacional), sobre corrupción 2010,
muestra un panorama gris para Colombia pues, de 178 países estudiados,
Colombia ocupa el lugar 78 con una calificación de 3.5 donde, 9 – 10, es sin
corrupción y, 0-0.9, es muy corrupto. Estos resultados no han cambiado en nada
comparados con los años 2007 y 2008 con una calificación de 3.8 entre 183 y
180 países respectivamente, ubicando a Colombia en el puesto 70.

Somos un país corrupto y cada día salen a flote más escándalos de corrupción que
ya ni nos asombramos. En mi artículo Las plagas de Colombia, me quedé cortocon
tantos corruptos que están acabando con nuestra pobre nación; debieran juzgarlos
con pena de muerte como ocurre en algunos países orientales; tal vez así,
terminaríamos con este mal endémico. Pueda que el estatuto anticorrupción de
Santos sea una realidad.