martes, 15 de octubre de 2013

LOS TRATADOS SOBRE EL MEDIO AMBIENTE

Por: Luis Hermes Ruiz
Agosto de 2009
En su discurso de posesión, el 20 de enero de 2009, el Presidente Barack  Obama manifestó ante el mundo: “Domaremos el sol y los vientos y la tierra para alimentar nuestros vehículos y hacer funcionar nuestras fabricas”. Frase importante por su alcance frente a la contaminación del medio ambiente que los gobiernos anteriores no habían pronunciado y aunque el año de 1997,  EEUU firmó el protocolo de Kioto, luego lo rechazó, aislándose  de su compromiso para  hacer algo contra el cambio climático.
La Declaración de Rio de Janeiro sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo,  se adoptó  en la conferencia de las Naciones Unidas, llevada a cabo en Rio de Janeiro en junio de 1992, como un conjunto de principios sin fuerza jurídicamente  vinculante, pero que, en esencia, buscaba reafirmar y desarrollar la Declaración de la Conferencia de las Naciones Unidas   sobre el  Medio Humano (Estocolmo, 1972). El objetivo principal era alcanzar reconocimiento de los derechos de los  seres humanos a una vida saludable y productiva en armonía con la naturaleza;  todo lo anterior se plasmó en la Declaración  de Rio, sobre el Medio Ambiente y el  Desarrollo, llevada a cabo en septiembre de 1992. Pero, desde antes de 1992, la Constitución Política Colombiana de 1991 consideró la importancia sobre el Medio Ambiente, y en el titulo II, capítulo III, llamado de los  Derechos Colectivos y del Ambiente, (artículos 78 - 82),  plantea que todas las personas tienen derecho a gozar de un ambiente sano, siendo una obligación del Estado proteger la diversidad e integridad del ambiente, conservar las aéreas de  especial importancia ecológica y fomentar la educación para el logro de estos fines, debiendo planificar el manejo y aprovechamiento de los recursos naturales para garantizar su desarrollo sostenible, su conservación y restauración o sustitución; previniendo y controlando los factores de deterioro ambiental e imponiendo sanciones y    exigiendo  la reparación de los daños causados. Nuestros constituyentes hicieron buen trabajo para permitir que las presentes y futuras generaciones puedan utilizar los recursos naturales y que también lo puedan conservar para  las generaciones venideras.
Después de la Declaración de Rio de  1992,  la siguiente reunión se realizó en diciembre de 1997 en Kioto, dando origen al conocido protocolo de Kioto,  bajo el auspicio de  Naciones Unidas y con la finalidad de frenar el cambio climático, teniendo como objetivo principal contener las emisiones de los gases que aceleran el calentamiento  global;  este protocolo  fué ratificado  por 163 países  que impone para los 39 países que se consideran desarrollados  (no incluyendo a China, India o Brasil que son países emergentes),  la contención o reducción de sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Como ya lo dijimos,  EEUU, aunque firmó el acuerdo en 1998, lo rechazó.
Los gases de efecto invernadero  (GEI) y sobre los cuales actúa la medición de los objetivos propuestos son: dióxido de carbono, metano, oxido nitroso, hidro-flurocarbono, perfluorocarbono y el exafluorocarbono de azufre.
Si se logran los objetivos propuestos, se estaría mermando el calentamiento global conservando los páramos y evitando la destrucción de la capa de ozono.
Fue en el año 1957, en Hawái, donde varios profesores investigadores descubrieron un incremento permanente de bióxido de carbono en la atmosfera que estaba  generando un efecto invernadero en el planeta. Las investigaciones demostraban que la temperatura, hasta finales del siglo XXI, aumentaría  1,3 grados centígrados;  que el nivel de los mares se aumentaría paulatinamente 20 centímetros antes del 2030 y llegaría a 65 centímetros  en el 2100 y que el 70 por ciento de las emisiones de gases, vendrían de los países desarrollados. Lo que estamos viendo en este momento es el deshielo de Groenlandia, de los polos y, de seguir como vamos, las investigaciones realizadas  en 1957 se han quedado cortas, pues solo en nuestro país, alejado de los países desarrollados  – con dos  mares, rico en recursos hídricos y vegetales; propietario de parte de la Amazonia y del Choco biodiverso -,  estamos viviendo un calentamiento donde la gente empieza a morir por las altas olas de calor, y tanto más, cuanto hoy  por ejemplo en Bogotá podemos caminar  por las calles tranquilamente  en camiseta sin sentir frio; y, apenas estamos en el 2009.
El 26 de agosto de 2002, los Jefes de Estados de los países del mundo se reunieron en Johanesburgo  para la Cumbre Mundial para el Desarrollo Sostenible, con la finalidad de re-analizar, ante los  alarmantes fenómenos,  la situación  y adoptar  nuevas medidas  para solucionar los  problemas  que se le vienen  al planeta, ya que los compromisos  de Rio y de  Kioto se estaban incumpliendo y, entonces,  se propuso por un gran número  de países llegar a un 10 % de la producción  energética mundial procedente de fuentes renovables (solar y eólica); sin embargo, la presión ejercida por EE UU.  y sus aliados los productores de petróleo  (fuente no renovable), tiraron por tierra  estas propuestas en lo que se ha considerado el mayor desastre de la Cumbre de Johanesburgo.
Por lo anterior, es importante la frase del Presidente  Barack  Obama en su posesión, que reivindica  la Cumbre de Johanesburgo, de acudir a las fuentes energéticas renovables como “El sol y los vientos  y la tierra  para alimentar nuestros vehículos  y hacer funcionar nuestras fábricas”  yo agregaría:... y todas las fabricas y  vehículos del mundo.

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