viernes, 18 de octubre de 2013

EL CARTEL DE LOS JUECES



Por Luis Hermes Ruiz.                                                                                       

Cali, 18 de octubre de 2013

¡Que tristeza!,  Los colombianos impedimos que el Presidente Santos diera el aval a una reforma  a la justicia  con orangutanes, lo que ocasionó la salida del  Ministro de esa cartera. Ahora, cuando se está pensando que el próximo gobierno  posibilite un proyecto que resuelva,  el hacinamiento en las cárceles, que es un vergüenza nacional,  nos encontramos con un escándalo de proporciones inimaginables: ¡El cartel de los Jueces!  ¡Santo Dios!.Uno oye hablar de  carteles de diferentes índoles que no es si no  la  mafia o cosa nostra, conocida desde la época de Alcapone; en Colombia se tienen noticias  de carteles: del contrabando,  del lavado de activos,  del mercado de dólares; en fin, las bacrim  y todo aquello que huele a muerte, trampa. Por ese camino acaba de entrar un grupo de profesionales  que por su alta investidura debieran generarnos confianza; la Constitución  dice en su Preámbulo que el pueblo en ejercicio de su poder soberano les entregó a los constituyentes un mandato para que  hicieran la Constitución asegurando en ella la vida, la convivencia, el trabajo, la justicia. Estos mal llamados funcionarios de la justicia, solo pensaron en su bolsillo, en  enriquecerse como los mafiosos,  atropellando  la justicia y olvidándose de la alta investidura que tenían.

Pero créanme que el cartel de los jueces de Paloquemao, no es el único, estoy seguro,  hay muchos en todo el país. La injusticia de la justicia se ve en vario funcionarios públicos y ha llegado la hora de revisar con lupa quienes son las personas que imparten esta función tan loable para alcanzar la sana convivencia.


El Juez municipal 38, Francisco Javier Borbón, con funciones de control de garantías, aspiraba a Magistrado y a su vez, el Juez penal municipal 26, Ricardo Del Cristo Rodríguez, se había inscrito para Magistrado   a la Corte Suprema de Justicia. Con jueces de esta clase, bandidos por decir lo menos, ¡Estamos en la olla!. Gracias a Dios no todos los que imparten justicia en nuestro país son así.

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